Mi primer módulo como árbitro: El Señor de los Halcones

Como he comentado alguna vez, tanto Morgan Blackhand como yo llevamos unos cuantos años jugando a rol. De hecho nos acordamos perfectamente, ya que coincidió con que terminábamos EGB, este mes de junio hará 28 años. El contacto con los juegos de rol nos fascinó, por lo que cuando nos preguntaron que queríamos para nuestro cumpleaños, no dudamos ni un momento. Morgan tuvo una caja roja de Dungeons & Dragons y yo mi edición en castellano de Runequest. Ese verano devoramos como locos los manuales, y con 14 años recien cumplidos nos lanzamos al noble arte de preparar partidas. Morgan demostró tener un talento natural para ser un árbitro, y desde entonces puedo afirmar que ha dirigido muchas más partidas que las que ha jugado. Y un servidor como buen gato caótico pasó por todas las etapas de fliparse mucho, hacer sufrir jugadores y conseguir la madurez arbitrária. Pero si hay una partida que me ha quedado en la memoria, es sin duda el primer módulo que escribí y dirigí: El Señor de los Halcones.

Un terrible módulo surgido de la mente enfermiza de un crio de 14 años

El Señor de los Halcones cuenta la historia de Bovdar, un sacerdote que fue maldito por los dioses al intentar robar unas escrituras sagradas. Por su crimen fue transformado en una criatura mitad humana mitad halcón, y lo expulsaron a los Abismos Infernales. Pero el demonio Torgark lo convirtió en su siervo y le  concedió el poder de crear una raza de hombres-halcon para que le ayudasen en su venganza contra los dioses. Un hechicero llamado Zargaloth se dió cuenta de sus intenciones y reunió un grupo de guerreros para asaltar la fortaleza de Bovdar, pero el grupo desapareció, así que el gobernador de Cristalmyr ha decidido contratar a un grupo (los jugadores) para que den con el paradero de Zargaloth.

El módulo cuenta con grandes ayudas de juego realizadas por un gran diseñador (ejem...).

El módulo obviamente transcurria en el mundo de Glorantha, pero he de decir que en aquella época no tenía ni idea de la historia, los dioses o cualquier acontecimiento del mundo de juego. Todo me lo inventé. También he de confesar el modulo está escrito con una interpretación de las reglas muy a la torera. El módulo fué escrito en la vieja máquina de escribir Olivetti de mi hermana, que estaba hecha un desastre. La tecla de acentuación no funcionaba y se atascaba cada dos por tres así que puse todos los acentos a mano. El módulo también tiene correcciones a bolígrafo, los mapas y ayudas están escritos a lapiz en la misma hoja. También incluyen varios dibujos que recorté de unas viñetas de Superman y de Warlord de unos viejos tebeos Bruguera (por lo que merezco un castigo por hereje).

Los terribles hombres-halcón.

La prosa es la de un chaval de que acaba de descubrir el mundillo del rol y está sobreexcitado. No tiene mucha coherencia, más bien son una serie de acontecimientos excusa para que los jugadores se pasen todo el módulo pegándose como si se tratase de una máquina side-scroller de Konami. Años después hice una segunda versión del módulo, adaptándolo a la campaña de Runequest que arbitraba para otro grupo. Estaba suavizado y tenía la historia cambiada, pero conservaba la esencia orginal.

Ruenquest fue el primer juego que tuve. Nunca olvidas a tu primer amor.

El Señor de los Halcones no es un gran módulo. Pero fue mi primer módulo, aún lo conservo en bastante buen estado. Y hoy, 28 años después cuando cuento anécdotas de la partida  o intercambio comentarios con Morgan Blackhand, al cual dedico esta entrada por aguantarme como jugador y como hermano, me siento orgulloso de mis primeros pasos como árbitro.

Podéis descargar El Señor de los Halcones en este enlace.